Foto de Nandhu Kum en Unsplash
Hoy el mundo está en constante cambio, no sabemos cómo va a estar cuando salgamos a la vida normal,
pero esperamos encontrar nuestro lugar en él. Los días en la casa se convierten en el momento perfecto para soñar despierta. Soñar es crear, es tener la responsabilidad de imaginar un mundo mejor para todos.
Seguramente en este tiempo de confinamiento no es fácil tener tiempo para soñar despierta: entre las labores de la casa, el trabajo, los hijos; llega la noche y caemos dormidas. Ojalá todas podamos tener la rutina y el tiempo para soñar con los ojos abiertos, así creamos nuevas metas, nuevos mundos, nos reinventamos, nos sentimos seguras, con libertad y abrimos tanto la mente como el corazón.
¿Cómo me veo? ¿Cómo me quiero ver? Soñar despierta es la manera más fácil para entendernos, para pensar en cómo lo vamos a hacer, cómo vamos a llegar allá, a donde la imaginación es infinita y el corazón puede dar vueltas para sentir.
Soñar despiertas no solo crea nuevos mundos, sino es la única manera para vivir en el mundo creado.
Este es el único momento para descubrirnos más allá de nuestra realidad. Pensemos en ser nosotros, en crear nuestros sueños, en ser los nuevos protagonistas de esta nueva era que está por comenzar a partir de todo aquello que soñemos.
Podemos meditar, hacer yoga, leer libros, ver películas, obras de teatro o conciertos, apreciar obras de arte, pero soñar despierta y ponernos en el momento en el que estamos viviendo, inspirándonos en ese otro mundo soñado al que queremos llegar, como los artistas lo han hecho desde siempre cambia la mente y la vida, dejando una huella para el mañana. Tomemos conciencia que soñar despierta debería ser tan importante como comer o hacer ejercicio.
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