Parece increíble pensar que casi la mitad de la humanidad está bajo medidas de confinamiento,
en alejamiento social, en cuarentena. Hace apenas unas semanas creo que la gente no pensó que en tan poco tiempo terminaríamos encerrados todos, por medidas de salubridad y seguridad. Y es que de repente todo se estremeció en nuestras vidas, poniendo de cabeza nuestros hábitos y formas de vida. Y de un momento a otro las prioridades cambiaron, o mejor se enfocaron en lo que siempre debió ser lo más importante, preservar la vida.
Encerrados si, pero no aislados más bien mega informados entre los periódicos, las noticias, las redes sociales, parece que la vida gira alrededor del corona virus o CODVID-19, las curvas de contagios, las emergencias de hospitales; nos preocupamos por aquí y por allá, por los nuestros y los otros, ante una realidad que nos sobre pasa, la que nunca conocimos antes.
Pero poco a poco, sale la luz, la empatía en lo micro y en lo macro, llenan de esperanza el corazón. No podemos salir, pero nos inventamos mil maneras para estar cerca de lo que nos es querido, algunos hacen sesiones de chat con amigas y familia, comparten sus pasiones en línea, o nos comparten los trucos ayudarnos en toda suerte tareas nuevas frutos del confinamiento, o dan clases en lineas súper útiles para sobre llevar los nuevos retos que implican que las familias estén en casa todo el tiempo, o simplemente para los que quieren aprender algo nuevo. Y luego están los artistas que nos comparten su arte desde su casa, o los museos que abren sus puertas virtuales, o los libros que se ponen a disposición gratis en linea. Sin olvidar, las iniciativas de ayudar a los otros, desde los vecinos empáticos, hasta las comunidades que se ponen de acuerdo para ayudar a los más vulnerables, aquellos para los que no salir, significa no comer, y en nuestros países de América Latina sí que los hay por cientos. Otros benevolos, que de manera espontánea arman grupos de innovadores que en tiempo record proponen soluciones médicas o técnicas para afrontar la crisis. Y así, se suman una acción tras otra, para mostrarnos que no estamos aislados, y que el mundo sigue creando e innovando nuevas maneras de estar cerca.
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